Develados los participantes de M.E.S.A. de invierno
Serán más de 80 restaurantes de todo el país que trabajarán con brócoli, espinaca, jengibre y limón
Leer más¿Es posible pagar por una hamburguesa de cadena rápida (que no llega a pesar 80 gramos), con una mini feta de queso del tipo fundido, media hoja de lechuga, una rodaja chica de tomate, un chorrito de mayonesa entre dos tapas de pan industrial con seis semillas de sésamo, acompañada de una pobre porción de papas fritas de estilo industrial, pre fritas y congeladas con sabor a expapa, todo en un combo ideal con un vaso lleno de hielo, agua, azúcar o edulcorante y sabores artificiales?
Sí, claro que es posible. El tema es que uno luego compara eso con un menú de dos pasos servido en varios restaurantes de excelente calidad, en muchos casos con plato principal y postre, o variante de entremés más principal, acompañado de copa de vino u otra bebida, y que suele incluir el café y casi siempre al mismo precio del combo ideal, o apenas un poco más.
Claro que existen diferencias: la comida de la casa de “comida rápida” es preparada por un staff sin conocimientos de cocina donde todo es cocinado por máquinas, sumando a que uno tiene que ir a pedir a una barra muchas veces atendida por personas poco simpáticas. Luego de esperar bastante tiempo -- la palabra “rápida” habría que abolirla de estos locales -- hay que llevarse el “combo” en una bandeja de dudosa limpieza y lograr encontrar lugar en mesas sucias, pequeñas y con sillitas fijas y mesitas ídem. Una vez logrado el cometido, sorber la bebida por una pajita, comer con las manos, usar papel para limpiarse y luego ir a tirar los restos para poder parecer educados.
En el caso de la comparación, llegamos al local del restaurante, nos reciben (sí, a veces no muy amablemente, pero son las menos), nos ofrecen una mesa, nos alcanzan el menú, nos toman el pedido, casi siempre hay mantel o individual y servilletas de tela y copas o vasos de vidrio/cristal. El pedido nos lo traen a la mesa y en la cocina suele haber un staff profesional de cocineros que elaboran y preparan los insumos de manera artesanal. También podemos tener la buena fortuna de cambiar guarniciones, pedir puntos de cocción, solicitar ayuda y varios otros etcéteras. Nos traen el café, nos traen la cuenta, nos cobran, cuando nos vamos nos despiden y para colmo no hace falta que levantemos la mesa.
Bueno, las comparaciones son odiosas, pero dejemos de lado el comer no muy bien por hacerlo de mejor manera, atendidos, con comida cuidada y, encima, casi al mismo precio.
Augusto Saracco