Al plato, en sándwich, sola o a la napolitana; la milanesa es el plato favorito de los argentinos. Con los años surgieron versiones veggie, empanados innovadores y nuevos toppings para darles sabores intensos. Pero más allá de las formas,  hay una discusión que atraviesa generaciones: ¿cómo se cocina la milanesa perfecta?

Frita vs. al horno: los bandos tradicionales

Por un lado, la versión frita: crocante, sabrosa y con ese dorado irresistible. Por el otro, la versión al horno, elegida por quienes priorizan opciones más livianas o buscan reducir el uso de aceites. Durante años, esta elección dividió a familias y grupos de amigos. Sin embargo, en los últimos años, una tercera vía comenzó a ganar terreno y promete reconciliar ambas posturas.

La freidora de aire: el punto medio que llegó para quedarse

La air fryer o freidora de aire se convirtió en un electrodoméstico estrella (uno de los más vendidos según fabricantes y retailers en Argentina) y la milanesa encontró en ella un nuevo aliado. ¿El resultado? Una cocción más saludable, sin necesidad de sumergir en aceite, pero con una textura que se acerca muchísimo a la milanesa frita tradicional.

De esta manera, cocinar en freidora de aire permite reducir significativamente las calorías y las grasas saturadas, sin resignar sabor ni crocancia. Además, es una alternativa más limpia, rápida y práctica, especialmente para quienes cocinan a diario.

Consejos para una milanesa perfecta en freidora de aire

Utilizar pan rallado tipo panko o mezclas con copos de maíz triturados para lograr mayor crocancia.
Rociar con spray vegetal o una pequeña cantidad de aceite para potenciar el dorado.
Cocinar a 200°C por 10-12 minutos, dando vuelta a mitad de tiempo.
No sobrecargar la bandeja: las milanesas necesitan espacio para que el aire circule y se doren parejo.

En el Día de la Milanesa, vale la pena celebrar todas las formas de disfrutarla. Pero, si se busca una opción más equilibrada, sin resignar textura ni sabor, la freidora de aire puede ser la protagonista de las próximas comidas. Después de todo, las tradiciones también evolucionan.