Dentro del Valle de Uco, esa gran porción de tierra mendocina que tantas alegrías en forma de vino nos da, hay un departamento llamado Tupungato, y en él se ubica Gualtallary, una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de Argentina.

Y justamente desde allí provienen las uvas que conforman las cuatro etiquetas del nuevo proyecto Altaluvia, una línea de vinos excepcionales.

El nombre es una combinación de las palabras “Alta”, que hace referencia a la altura donde están plantados los viñedos (1.350 metros sobre el nivel del mar), y “Aluvia”, referente al tipo de suelo del terruño, de tipo aluvial. En el diseño de la etiqueta se puede observar la imponente Cordillera de Los Andes que enmarca este terroir.

El portafolio de Altaluvia está conformado por un Malbec, un Cabernet Franc, un Chardonnay y un Riesling que demuestran en cada botella el potencial del terroir. Conozcámoslos:

Altaluvia Malbec: en nariz es frutal y tiene notas herbales (tomillo y romero). En boca es fresco y muestra la mineralidad típica de los suelos calcáreos. Antes de entrar en botella, fue elaborado en tanques y criado en barricas de roble usadas.

Altaluvia Cabernet Franc: presenta un excelente equilibrio de especias y frutas rojas. En nariz se notan frutos rojos (frambuesa y frutilla) y las notas herbales típicas del Cabernet Franc. Elegante en boca, con textura aterciopelada y taninos suaves.

Altaluvia Chardonnay: muy frutal y con buen cuerpo. Presenta aromas complejos, destacándose las notas herbales y minerales acompañadas de aromas cítricos. Fue criado en barricas de roble francés de segundo uso durante siete meses y luego pasó otros siete meses en huevo de cemento para resaltar su textura en boca.

Altaluvia Riesling: es un vino elegante, mineral y con excelente tipicidad. Se perciben en él notas frutales y cítricas combinadas con mineralidad y notas herbales sumamente elegantes.

Las cuatro variedades ya se encuentran a la venta en vinotecas a un precio de $2.795 por botella.