Las fiestas de fin de año invitan a volver a las recetas de siempre, reunirnos alrededor de la mesa y celebrar en familia. Entre las opciones preferidas de los argentinos, el pollo y el cerdo se destacan por combinar tradición, accesibilidad y un perfil nutricional que los convierte en protagonistas indiscutidos de la temporada.
En un contexto donde se buscan alternativas ricas, saludables y rendidoras, ambas proteínas logran una excelente relación precio-calidad. Ofrecen cortes versátiles que se adaptan tanto a presupuestos ajustados como a menús más elaborados, permitiendo planificar comidas abundantes sin exceder el gasto[1]-[2]. Además, están disponibles durante todo el año y se lucen en preparaciones frías o calientes, algo clave para los festejos de verano[3]-[4].
Su flexibilidad gastronómica permite realzar sabores con marinadas sencillas, hierbas frescas, cítricos o especias suaves, sin necesidad de técnicas complejas ni largas cocciones.
Más allá de antiguos mitos, el pollo y el cerdo aportan proteínas de alta calidad, vitaminas del complejo B, minerales esenciales como hierro y zinc, y una gran variedad de cortes magros fáciles de digerir y adecuados para todo tipo de dietas[5]-[6]. En el caso del cerdo, los avances en genética, nutrición y manejo lograron que muchos cortes tengan hoy un perfil graso más equilibrado que décadas atrás[7]. En el pollo, los sistemas productivos modernos permiten obtener una carne magra, accesible y con un aporte proteico muy eficiente[8].
Ideas exquisitas para la mesa de fin de año
Pernil de cerdo, ideal para compartir, rendidor y sabroso, con cocción lenta que potencia su jugosidad.
Ingredientes: pernil de cerdo (6–8 kg), 1 litro de agua, 5 dientes de ajo, 100 g de sal, 30 g de azúcar, romero, orégano, tomillo y una hoja de laurel.
Para prepararlo, se hierve la salmuera durante cinco minutos y se deja enfriar. Luego se realizan cortes suaves en forma de cuadrillé sobre el cuero y se inyecta la salmuera colada en distintos puntos de la pieza. Se deja reposar al menos dos horas en heladera y, antes de cocinar, se vuelve a inyectar para reforzar el sabor. La cocción es lenta: entre 150 y 160 °C durante aproximadamente una hora por kilo. Si se dispone de termómetro, el punto ideal es cuando el centro alcanza los 65 °C. Tras salir del horno, se deja reposar unos 15 minutos para preservar los jugos.
Pollo relleno, un clásico que nunca falla: elegante, sencillo de preparar y fácil de cortar en frío para servir en bandejas festivas.
Ingredientes: 1 pollo deshuesado, 200 g de jamón cocido, 200 g de panceta ahumada, 200 g de mozzarella o queso semiduro, 2 huevos, miga de pan, ½ taza de queso rallado y verduras a elección.
Para el relleno, se mezcla la miga con los huevos y el queso rallado, y luego se incorporan la panceta y el jamón picados. Se agregan bastones de mozzarella y se rellena el pollo, que se cose con hilo para evitar que se abran los bordes. Puede untarse con mostaza para sumar sabor y un dorado atractivo. Se cocina dentro de una bolsa para horno o envuelto en papel aluminio durante unos 90 minutos a fuego medio; en los últimos minutos se abre la bolsa para que tome color. Una vez cocido, es clave dejarlo enfriar por completo antes de cortar, ya que en caliente se desarma.
Producción con sello de calidad
Las fiestas son una oportunidad para mirar no solo qué comemos, sino cómo se produce. En las últimas décadas, la avicultura y la porcicultura avanzaron hacia sistemas más controlados, con mayor prevención sanitaria, mejores condiciones de manejo y tecnologías que promueven el bienestar animal y la bioseguridad.
En esa línea, Guillermo Racca, Veterinario y Gerente Técnico de la Unidad de Porcicultura, y Pablo Nervi, Veterinario y Gerente Técnico de la Unidad de Avicultura de MSD Salud Animal, coinciden en que “la producción moderna de aves y cerdos se apoya en el enfoque de Una Salud, una visión que integra la salud animal, humana y ambiental, y que impulsa prácticas de bienestar, prevención y manejo responsable. Este trabajo coordinado permite ofrecer proteínas seguras, confiables y de calidad para la mesa de las familias argentinas”.
En estas celebraciones, ambos alimentos vuelven a unir tradición, sabor y encuentro familiar. Son opciones accesibles, versátiles y producidas bajo estándares que aseguran calidad y bienestar. Una manera simple y confiable de acompañar la mesa festiva de los argentinos.