BODEGONEROS EN BUSCA DE LA IDENTIDAD GASTRONÓMICA ARGENTINA
Antigourmet es un movimiento gastronómico y de contenidos transmedia independiente que arrancó hace diez años con el objetivo de revalorizar bodegones, fondas y parrillitas.
Leer másLas viñas argentinas del varietal emblema de Burdeos se posicionan en el mercado mundial ofreciendo tres estilos de Cabernet Sauvignon de gran calidad e inmejorable precio.
Como no podía ser de otro modo “el Rey de las uvas tintas” tiene su Día del Cabernet Sauvignon y se festeja en todo el mundo todos los últimos jueves del mes de agosto, casi al final de la vendimia de Burdeos, la ciudad francesa donde se conoció por vez primera esta cruza de Sauvignon Blanc y Cabernet Franc.
Partiendo desde esas tierras que lo hicieron famoso, un día le tocó viajar a través del mundo y su fama siguió creciendo, como si de un rockstar se tratara. Y sí, el Cabernet Sauvignon es “La Rey de las Uvas Tintas” allá donde se plante, en China, Australia, Estados Unidos, Italia, Chile o acá mismo en la Argentina.
En la Argentina, su derrotero es curioso. Cuando llegó, allá por fines del Siglo XIX, vino junto con el Malbec, y ambos varietales fueron plantados en nuestras tierras. Pero en poco tiempo el Cabernet Sauvignon se fue ganando el corazón del paladar argentino y, por supuesto, del mundo que lo adoraba también.
El tiempo pasó y el aprecio por su equilibrio natural fue pasando poco a poco a manos de su cepa amiga –con quien suele hacer una muy buena pareja- que después de un siglo convenció a los habitantes de estas tierras que nada podía ser mejor que un Malbec.
A no confundirse: más allá del Malbec, el Cabernet Sauvignon sigue reinando en el mundo y acá en la Argentina sostiene no sólo representatividad a través de distintos estilos, sino también excelente calidad y, por supuesto, frente a la competencia, un precio realmente inmejorable.
Y si con eso no fuera suficiente -la calidad y el precio-, el Rey de las uvas tintas tiene una particularidad que lo hace único frente a los Cabernet de Francia, Estados Unidos y Chile: las cerca de 15.000 hectáreas de Cabernet Sauvignon plantadas en Argentina provienen de climas continentales, de terroirs de altura, de viñedos bien alejados de la influencia del mar.
En Mendoza, por ejemplo, hay viñas que se desarrollan en el clima seco y cálido de las alturas de Maipú y Luján de Cuyo. Más del 70% de los viñedos están en las alturas –entre 700 y 950 metros- de Mendoza.
“Producimos los mejores Malbec del mundo, en esa categoría estamos acostumbrados a los reconocimientos, pero destacarnos con el Cabernet Sauvignon fue un hito en la historia del vino argentino”, explica Rodolfo “Opi” Sadler, enólogo de La Mascota Vineyards que en 2018 se ganó el mayor reconocimiento para un vino argentino en el certamen Vinalies Internationales celebrado en Francia.
También en Mendoza, pero tomando más altura todavía, en Tunuyán, Gualtallary, Vista Flores y Altamira, el Rey hace conocer características intensas y frescas, esas que se obtienen más allá de los 1.000 metros de altura donde el frío, el suelo pedregoso y el sol hacen que sus uvas entreguen vinos comparables a los mejores Cabernet del mundo.
Pero como la Argentina vitivinícola es ancha y alta, el Cabernet también se siente bien a más de 1.700 metros, en el medio del sol y el desierto de los Valles Calchaquíes en la provincia de Salta. Ahí, la amplitud térmica suele moverse entre 20º de la noche a la mañana. De ahí también se reconocen a los Cabernet Sauvignon como los mejores vinos del mundo. Alejandro Pepa, enólogo de Bodega El Esteco, explica que “la altura y el sol logran una concentración y una intensidad difícil de encontrar en otros Cabernet oceánicos; acá logramos mucha concentración con notas de pimienta negra y morrones.”
Más allá de todo lo que podamos contar sobre el Rey de las uvas tintas, razones sobran, elegir entre un Malbec o un Cabernet Sauvignon argentino no es una decisión difícil. Cualquiera de las dos opciones nos asegura estar bebiendo lo mejor de lo mejor que puede hoy ofrecer un viñedo en cualquier lugar del mundo.
Antigourmet es un movimiento gastronómico y de contenidos transmedia independiente que arrancó hace diez años con el objetivo de revalorizar bodegones, fondas y parrillitas.
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