“The Manual Guide” puso a Vermut Pichincha en su Top 10
El vermut rosarino quedó en el puesto 9 del ranking y es el mejor sudamericano
Leer másLa cantidad de tomadores de vino en el país sigue aumentando año a año (por suerte). En una época en la que crecen las variedades de cervezas y se crean bares exclusivos de tragos y cócktails, el vino se sigue ganando su lugar de preponderancia.
Pero entre el gran número de bebedores de esta bebida, son muy pocos los que saben detalles sobre la fabricación del vino, la cual le dará características como el cuerpo, la acidez y el estilo.
En un intento por desasnarnos en cierta medida, en Degustadores te damos los tips básicos para que, leyendo lo que dice la etiqueta, sepas de antemano lo que va a sentir tu paladar.
Una palabra que aparece habitualmente en la definición es el cuerpo del vino, es decir, el volumen que ocupa en la boca y su estructura y peso. Los tintos de las variedades Cabernet Sauvignon, Malbec, Tannat, Bonarda, Petit Verdot y Merlot suelen ser vinos con cuerpo, de mayor a menor en ese orden. El asterisco que hay que hacer dentro de esta primera clasificación es que si el vino proviene de San Juan o de la zona este de Mendoza (que son lugares más cálidos), pierde un poco de cuerpo.
Por otro lado, las etiquetas Cabernet Franc, Sangiovese, Pinot Noir y Criolla Chica suelen tener poco volumen de cuerpo.
En medio de estos dos grupos estarían los de “cuerpo medio”, que son vinos con cierto grado de rusticidad (en el paladar se sienten algo arenosos). Aquí podemos incorporar al Tannat, Petit Verdot, algunos Cabernet Sauvignon y hasta ciertos Malbec, Merlot y Cabernet Franc cuando son cosechas nuevas de zonas frías (por ejemplo, el Valle de Uco o los Valles Calchaquíes, donde muchas bodegas tienen sus vides).
En cuanto al añejamiento del vino, también se nos complica en ciertas ocasiones saber si estamos por comprar uno nuevo o viejo. Actualmente, puede decirse que un vino cosecha 2017 o 2018 es joven.
Un dato que no suele fallar es que los cosecha 2015 y 2016 son ligeros y frescos, ya que esas fueron temporadas frías en Mendoza. Al mismo tiempo, los vinos elaborados en esos años tienen menos cuerpo.
Si nos queremos adentrar más en las especificaciones del vino, los que más saben en la materia aseguran que cuanto más alto sea el lugar en que se siembre y coseche, más frío es, con lo cual es probable que surjan de allí variedades de cuerpo medio y taninos firmes. Los que se fabrican a menor altitud (por ende, a mayor temperatura), tienen más volumen pero menos taninos. Y en cuanto a la latitud, cuanto más al sur están, más se parecerán a los vinos de altura y viceversa.
Con información de Vinomanos