Inauguran en Salta la primera biblioteca gastronómica del país
El Baqueano abrirá las puertas de un espacio de lectura y consulta gratuita, amadrinado por la reconocida chef Dolli Irigoyen.
Leer másEl queso y el dulce. El fernet y la gaseosa cola. Las milanesas y las papas fritas. El flan y el dulce de leche. Y, por supuesto, la cerveza y el maní.
Es cierto que los “manices” (el mal uso de la palabra resulta tan simpático que generalmente lo usamos así a propósito) se pueden comer en cualquier momento y lugar, pero también lo es que su puesto como acompañante de una rica rubia o morocha espumosa es el que más nos gusta.
Hay que decir que este noble producto no es un fruto seco, sino una legumbre. Apenas 100 gramos de maní tienen alrededor de 600 calorías. Más allá de ese dato, sus cualidades positivas para nuestro cuerpo son muchas: previene el cáncer, el envejecimiento precoz y las enfermedades cardiovasculares; nos brindan salud muscular, son fuente de energía y bajan el colesterol.
Argentina es el tercer máximo exportador de maní a nivel mundial y este año se sembraron nada más y nada menos que 340.000 hectáreas en todo el país; el 90% de la producción nacional viene de la provincia de Córdoba.
El sitio especializado Vinómanos realizó un informe con todas las variedades de maní que consumimos en Argentina, con varios datos que seguramente no conocías:
El cervecero: el clásico pelado y salado con el que acompañamos la birrita, ya sea en un bar o en casa.
El crudo: es el que viene sin cáscara y sin piel (que actualmente vemos mucho acompañando a frutos secos como nueces y pasas). Es el más sano de todos.
El tostado: sin cáscara, sin piel y sin sal, pero con 10 minutos de horno. Los especialistas aseguran que así se potencian todas sus cualidades.
El japonés: efectivamente fue creado por un japonés al que se le ocurrió poner alrededor del maní una capa gruesa de harina de trigo con un poco de salsa de soja.
El naturista: llega a nuestra mesa como Dios lo trajo al mundo: con la cáscara y la piel. ¡Habría que tener un registro de las horas que gastamos en nuestras vidas tratando de pelarlo! Pero no sólo es una de las variedades más ricas, también tiene muchas otras utilidades: en la provincia de Córdoba, la cáscara dura se usa para hacer paneles símil madera, revestimientos, cielorrasos, pisos y hasta muebles.
También dulces
Maní con chocolate: el que compramos en los kioscos, el que te comés cuando vas al cine y el clásico de las fiestas de fin de año.
Garrapiñada: hecha con azúcar tostada, típico de venta ambulante, sobre todo en épocas de temperaturas más bajas.
Con información y foto de Vinómanos
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