En una calle discreta de Puerto Madero, detrás de una puerta sin letrero, se esconde Frenessí, el restaurante que redefine el concepto de comer afuera. Más que un lugar, es una experiencia: una cápsula inmersiva donde la gastronomía se mezcla con el arte, la tecnología y los sentidos, creando un viaje único que ya se ganó el título de “el secreto mejor guardado de Buenos Aires”.
Un viaje culinario que desafía los límites
Desde el momento en que uno cruza la puerta, la realidad cambia. Un anfitrión recibe a los comensales y los guía hacia una sala futurista: paredes blancas, una gran mesa central para solo XX personas y una atmósfera que anticipa algo fuera de lo común. En segundos, ese lienzo en blanco se transforma. Luces, proyecciones, aromas, sonido envolvente y temperatura acompañan un recorrido que transporta a los visitantes a nueve mundos distintos: del frío de la Patagonia al calor de la selva misionera; del fondo del mar al espacio exterior.
El resultado es un espectáculo sensorial donde el entorno cambia junto con cada plato, y donde la comida se convierte en el hilo conductor de una historia contada a través de los sentidos.
Alta cocina tecnoemocional
Frenessí introduce en el país el concepto de “cocina tecnoemocional”, una corriente que combina creatividad gastronómica, investigación sensorial y tecnología de vanguardia. No hay carta: el menú degustación de nueve pasos —maridado cuidadosamente— es una secuencia pensada para sorprender, emocionar y despertar curiosidad.
Cada plato es una obra de arte efímera. Con ingredientes locales elevados a su máxima expresión, texturas que mutan y sabores que evocan el umami, el equipo culinario de Frenessí lleva la cocina argentina a un nuevo nivel de sofisticación y experimentación.
Un universo creado por expertos
Detrás de la propuesta está Grupo Seratta, junto a un equipo interdisciplinario que reúne a chefs, bartenders, sommeliers, ingenieros, diseñadores, luminotécnicos, artistas visuales e incluso ilusionistas. El resultado es una experiencia inmersiva total, respaldada por una de las salas más avanzadas del país en tecnología Dolby Atmos, que ofrece un sonido tridimensional y envolvente imposible de replicar en un restaurante convencional.
“El desafío no fue solo crear platos exquisitos, sino construir emociones comestibles. En Frenessí, cada bocado es una escena, y cada escena cuenta una historia que se siente en el cuerpo. Queríamos que las personas coman, pero también sueñen, recuerden y se emocionen, porque si no emociona no funciona”, explica Sánchez Lamas, Manager de Frenessi.
El futuro de la gastronomía, hoy
En Frenessí, comer es solo el punto de partida. Cada detalle —desde la ambientación y el relato hasta los aromas que acompañan el servicio— está pensado para estimular los sentidos y conectar la emoción con el sabor. Es, sin duda, una invitación a vivir el futuro de la gastronomía hoy, en el corazón de Buenos Aires.
“Frenessí no se anuncia. Se descubre. Y quienes lo experimentan, difícilmente lo olvidan”, finaliza Lamas.
Menú en 9 pasos
AMENIDAD: piedra volcánica de provolone y aceite de trufa, con chutney de frutas lactofermentadas, y duraznos frescos acevichados.
PATAGONIA: Ostra fresca, acompañada de gravlax de truchón patagónico, granita de limón, shuzu y albahaca, frambuesas nitrogenadas, con salsa nikiri de maracuyá.
BOSQUE: Roulade de conejo, sobre semi esfera de parmesano y hongos shitake. Coronado con hoja de salvia en Tempura, gel de maní y gel de Remolacha.
HENDRICKS: Rana cajú, sobre cremoso de edamame, crocante de hierbas, Gremolata, y falso caviar de manzana, pepino y enebro
ESPACIO: Entraña madurada y macerada en chimichurri, acompañada de papa rusa con geles de arvejas, zanahorias y Alioli. Puerro al rescoldo, con caviar de salsa criolla y espuma de Provoleta.
FONDO DE MAR: Tataki de atún rojo, con boniato en almíbar, pickle de Ananá, gel de maíz y de camarón. Coronado con aire de limón
PLAYA: Langostino a la plancha, con aceite de ciboulette, leche de pantera, arena comestible, crocante de coco y semillas, y espuma de coco y miel.
ROSADO: Crema catalana de Frutillas Bruleé, con Garrapiñada de maní, y Frutillas osmotizadas.
ALICIA: Mini gateaux de café y crema, con corazón de ganache de bailey's y chocolate blanco, tierra comestible de cacao y romero, bizcocho de pistacho, salsa de frutos rojos, salsa toffee, carta comestible de chocolate blanco, y kappa de zanahoria.