Bartesian lleva cuatro depósitos para los cuatro principales tipos de bebidas alcohólicas que se pueden utilizar —vodka, tequila, whisky, gin/ron— además de un depósito trasero que contiene agua. Las cápsulas llevan las esencias que se incorporan a esos cócteles y en su parte superior hay un código de barras que es el que le permite identificar la bebida a preparar, con las correspondientes proporciones y mezclas. 

Una vez colocada la cápsula, hay que indicar en una pantalla táctil si se quiere una bebida sin alcohol (mocktail), suave, regular o fuerte. A partir de ahí, en unos pocos segundos, la Bartesian extrae diferentes cantidades de sus depósitos, los va mezclando en un compartimento y, por último los vierte sobre el tipo de vaso o copa que el usuario haya colocado y del que la máquina le informa antes de empezar cuál es el indicado y si tiene que poner antes hielo o algún otro complemento. 

El catálogo de cápsulas de cócteles ya va por 26, incluidos algunos de los más famosos, como Margarita, Gimlet, Negroni, Martini o Julep de menta. El precio de la máquina es de 349,99 dólares aunque de momento sólo se vende para Estados Unidos. 

Como ocurre en el caso de las cápsulas de café, el negocio está en las propias cápsulas de esencias más que en la propia mezcla. Bartesian ofrece comprarlas en diferentes modalidades, incluida una suscripción mensual con tres packs de seis cócteles que sale por unos 40 dólares. Las cápsulas, como indica la pantalla de la máquina cuando termina una bebida, son reciclables. 

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Créditos: La Vanguardia