De la mano de Belén Soler Valle, manager y dueña de la Bodega Vinos de Potrero, se presentaron en la ciudad de Rosario las nuevas añadas de sus exquisitos vinos.

Nacida en Gualtallary en el año 2008, corazón del Valle de Uco, Mendoza, la bodega Vinos de Potrero produce vinos de calidad, explotando al máximo su potencial y creando una analogía entre Terroir y Potrero.

Belén Soler Valle, es una mujer al frente de un prometedor proyecto vitivinícola. Es co-fundadora junto a su marido, el actual Manager del Club Atlético Boca Juniors, Nicolás Burdisso y es manager de la bodega, es la encargada de liderar el proyecto, trabajando en conjunto con todo su equipo.

Belén cuenta con una formación de Licenciada en Comunicación Social recibida en Argentina, estudió la carrera de sommelier en Italia y posee un Master en Viticulturas y Marketing del Vino en la Italian Food Academy de Milán, también en Italia. Vivió 15 años en este país europeo y este año regresó a la Argentina, en donde tendrá oportunidad de estar más cerca de la finca, de los vinos, de todo su equipo y de toda la industria.

El enólogo a cargo de Vinos de Potrero es el reconocido Bernardo Bossi Bonilla.

LOS VINOS:

POTRERO CHARDONNAY (2018)

Proveniente de un viñedo que emerge al margen de la ruta 89, es un ejemplar muy frutado y dueño de una refrescante acidez. Un 10% del vino fue fermentado en barricas francesas usadas, lo que le otorga un mayor volumen y suavidad al pasar por la boca. El 20% del vino fue criado durante 6 meses en las mismas barricas, para terminar de redondearlo.

Puntajes: Revista Tim Atkin 93 puntos.

Precio sugerido en vinotecas: $539

POTRERO MALBEC (2018)

La mayor expresión del Malbec de Gualtallary, combinando pureza de fruta con notas florales y minerales del terroir. Un vino que siendo fresco y fácil de beber, es al mismo tiempo honesto y complejo. Cuenta con un añejamiento de 6 meses en barricas de roble francés de primer y segundo uso.

Puntajes: Revista Decanter edición 2017 88; Robert Parker 88; Descorchados 90; Guía Peñin 90.

Precio sugerido en vinotecas: $539

POTRERO RESERVA MALBEC (2017)

Fiel reflejo del terroir de donde proviene, sigue la línea del anterior pero con algo más de estructura, aportada por la madera en la que se crió durante 12 meses (barricas de roble francés de primer y segundo uso).

Puntajes: Informe Malbec 2017 (Alejandro Iglesias y Joaquín Hidalgo) 95, #13 de Argentina; Robert Parker 90; Descorchados 92; Guía Peñin 91.

Precio sugerido en vinotecas: $683

POTRERO GRAN MALBEC (2016)

Malbec con pureza, elegancia, complejidad y reflejo de terroir. Todo al mismo tiempo. Fácil de decir, pero difícil de lograr. Crianza de 12 meses en barricas de roble francés de primer y segundo uso.

Puntajes: Revista Decanter edición 2017 93; Robert Parker 90; Descorchados 94; Guía Peñin 89.

Precio sugerido en vinotecas: $911

EL DEBUT (2014)

Fue concebido como un gran vino, de calidad internacional, fiel reflejo del potencial de Valle de Uco y Gualtallary en particular, como terroir destacado de la Argentina. Potencia aromática, profundidad de aromas y boca con amplitud, acompañada por frescura y toques minerales. Tuvo una crianza de 18 meses en barricas de roble francés de primer y segundo uso.

Puntajes: Robert Parker 90.

Precio sugerido en vinotecas: $1439

Terroir y Potrero

Unidos por la contradicción, cuanto más pobre sea el Terroir y el Potrero, mejores serán los resultados.

Para concebir un vino de excelencia, la vid necesita de un Terroir que desafíe al máximo su potencial, al igual que ocurre en la formación de un jugador de excelencia, que necesita de un potrero que de joven estimule sus virtudes y forje su talento.

En la Argentina, para muchos, tierra de los confines del mundo, se conjugan ambos conceptos: Terroir y Potrero. Quien pueda destacarse con la pelota en una tierra árida, con desniveles y charcos de agua, tendrá un juego distinguido que se destacará en los mejores estadios del mundo. Aquella vid que tolera el crudo frío de la noche y el abrasador sol del día, la falta de humedad y la altura de los Andes para sobrevivir, conseguirá que sus frutos maduren de manera excepcional.

El Terroir

En plena Cordillera de los Andes, a los pies del volcán Tupungato, en el Valle de Uco, a 1.350 msnm se encuentra la micro-región vitivinícola de Gualtallary. Sus suelos están compuestos por un alto porcentaje de piedras, por lo que las raíces deben trabajar para encontrar su camino hacia la humedad. Esto redunda en vinos con una concentración y mineralidad inusuales. Cuando se habla de las características especiales que le aporta a sus vinos esta pequeña y privilegiada región, se destacan la personalidad, textura y acidez natural, así como la frescura y el carácter aromático, casi salvaje.

Durante el ciclo vegetativo (Octubre-Abril) se registran las temperaturas más bajas de la provincia en zona de viñedos. Esto implica una mayor amplitud térmica que cambia la fisiología de la planta. Esta característica climatológica permite que los vinos que se obtienen de esta región tengan una mayor capacidad de concentración, pero que a la vez le permite mantener buenos niveles de acidez natural al tiempo que sobresale la calidad de la fruta.

La finca se sostiene sobre suelos aluvionales y profundos, de textura franco-arenosa, con alto porcentaje de piedras, tanto en superficie como en profundidad, y un alto porcentaje de calcáreo en el suelo. Las parcelas tienen mayormente exposición norte, lo que beneficia la insolación de la vid cuando más lo necesita. A su vez el terreno posee una pendiente general oeste-este, cercana al 3%, posibilitando el drenaje de aire frío hacia zonas más bajas, protegiéndolo de las heladas más nocivas.

Acerca de Bernardo Bossi Bonilla:

Es licenciado en Enología e Industria Frutihortícola, Bromatólogo y Sommelier. Con más de 15 años de experiencia en la industria del vino, ha trabajado en importantes bodegas tales como Catena Zapata, Ernesto Catena Vineyards y Casarena.