Ubicado en el corazón del piedemonte mendocino, en Alto Agrelo, Luján de Cuyo, Chozos Resort es un refugio contemporáneo donde la arquitectura, la naturaleza y el arte conviven en armonía. Su propuesta de hospitalidad se basa en la autenticidad, un diseño sensible y una conexión genuina con el entorno natural de la Cordillera de los Andes.
Elegido tanto por turistas nacionales como internacionales, Chozos Resort fue distinguido entre 2.457 hoteles de todo el mundo con una Llave MICHELIN, la nueva distinción de la Guía MICHELIN que celebra a los establecimientos más extraordinarios del planeta. En su primera edición en Argentina, solo 15 hoteles recibieron este prestigioso reconocimiento y Chozos Resort es uno de ellos.
Con esta distinción, Mendoza se consolida como uno de los destinos más atractivos del país, y Chozos Resort reafirma su posición como un referente en hospitalidad de alto nivel, combinando diseño, arte y naturaleza en una propuesta verdaderamente única.
La ceremonia de premiación, celebrada en Francia, marcó un hito para la hospitalidad argentina. Esta nueva distinción que representa para los hoteles lo que las Estrellas MICHELIN significan para la gastronomía destaca a quienes elevan el arte de la hospitalidad a su máximo nivel, ofreciendo experiencias únicas, auténticas y transformadoras.
Un proyecto nacido con una visión clara
Chozos Resort nació hace cinco años y medio, en plena pandemia, impulsado por la visión de crear una experiencia inédita en Mendoza, con la montaña como escenario principal.
“Tenía 28 años y la convicción de que la montaña podía ser el lugar donde las personas vinieran a desconectarse de la tierra para reconectarse consigo mismas”, cuenta Nicolás Armentano, director de Armentano Desarrollos Inmobiliarios.
Para hacer realidad esa visión, desde Armentano Desarrollos Inmobiliarios se estableció una alianza estratégica con Young Woo & Associates, desarrolladora con base en Nueva York, para llevar adelante este codesarrollo.
El artista Sergio Roggerone fue el encargado de dar forma al concepto arquitectónico y simbólico del resort. A este equipo se sumaron 13 inversores locales que confiaron en una propuesta que combina arquitectura, naturaleza y arte.
Con el tiempo, el proyecto incorporó nuevas capas de experiencia: glampings “nidos de pájaros” que invitan a una conexión íntima con el entorno, y la apertura del restaurante Barro Cocina, completando un ecosistema de hospitalidad integral frente a la Cordillera de los Andes.
¿Qué representa una Llave Michelin?
Tras cuatro años de trabajo, la Guía MICHELIN replanteó su selección de hoteles a nivel global, con el objetivo de recomendar establecimientos que no solo ofrezcan alojamiento, sino que se conviertan en destinos en sí mismos.
La Llave MICHELIN reconoce hoteles que se destacan en cinco criterios fundamentales:
Ser un destino por sí mismo, que aporte valor a la experiencia local.
Excelencia en arquitectura y diseño de interiores.
Calidad y coherencia en el servicio, confort y mantenimiento.
Individualidad y autenticidad.
Capacidad de ofrecer una experiencia extraordinaria a un precio adecuado.
“De la misma manera que las Estrellas MICHELIN reconocen a los restaurantes más destacados, la Llave MICHELIN premiará a los hoteles más extraordinarios del mundo. Esta distinción también reconoce el trabajo en equipo de profesionales apasionados por la hospitalidad” Gwendal Poullennec, director internacional de la Guía MICHELIN.
Un reconocimiento que trasciende
“Este reconocimiento no es solo un premio. Es la prueba de que cuando se trabaja con sentido, los sueños se convierten en hazañas. Gracias a cada persona que creyó, acompañó y sigue empujando este camino. Lo mejor siempre está por venir”, concluye Nicolás Armentano.