Pionera en la conservación y el cuidado del medio ambiente, Villavicencio sigue avanzando en su misión de reducir su impacto ambiental con el lanzamiento de sus primeras etiquetas biodegradables. Este hito, que se enmarca en la celebración de sus 120 años, da un nuevo paso en el proceso hacia una producción más sustentable.

Desde sus inicios, la marca ha mantenido un firme compromiso con la protección del planeta, evidenciada en diversas iniciativas de sustentabilidad como la conservación de 60.000 hectáreas que comprenden la Reserva Natural Villavicencio, en la Provincia de Mendoza, y el uso de materiales R-PET en los envases.

Un ejemplo destacado de circularidad es el programa de reciclaje inclusivo "Recuperadores", lanzado en 2011 en articulación con la Fundación Avina y Danone que busca mejorar el ecosistema de reciclaje en Argentina, optimizando y mejorando las condiciones de trabajo de los recuperadores, brindando capacitaciones y asistencia técnica para mejorar la eficiencia en la recolección. En 2023, a través del programa, se logró recuperar el 100% de los envases que la marca puso en el mercado, siendo este un hito fundamental para Villavicencio en materia de sostenibilidad.

El impacto de las etiquetas biodegradables

Las nuevas etiquetas, ya disponibles en la edición especial por el 120 aniversario, están hechas de materiales que se descomponen de manera natural, reduciendo significativamente la acumulación de residuos plásticos. El tiempo que tarda en degradarse una etiqueta biodegradable puede variar dependiendo de las condiciones ambientales, como la temperatura, la humedad y la presencia de microorganismos. En condiciones naturales, puede tardar varios años en descomponerse completamente; sin embargo, en un ambiente libre de oxígeno y en ausencia de luz, como en rellenos sanitarios, la degradación se completa en aproximadamente 9 años, ayudando a proteger el planeta, mientras que las etiquetas tradicionales lo hacen en cientos de años, contribuyendo a la acumulación de residuos y a la contaminación ambiental.

Este innovador avance contribuye a la reducción de la contaminación y a la protección de los ecosistemas, alineándose con los objetivos de la marca de minimizar el impacto ambiental en cada etapa de su producción.

A diferencia de las etiquetas convencionales, las biodegradables se descomponen de manera completa, gracias a un aditivo especial que permite que los microorganismos del suelo las procesen, disminuyendo así la contaminación plástica y la generación de residuos tóxicos.

“Estamos orgullosos de este nuevo paso en nuestro camino hacia la sustentabilidad. Con las etiquetas biodegradables, reforzamos nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente, algo que es central para la esencia de Villavicencio. Nuestro norte es seguir avanzando en iniciativas que desde nuestras botellas y las acciones de la marca continúen aportando a la protección del planeta”, comenta Carlina Gallego, directora de Marketing de Villavicencio.

Este hito marca el inicio de una transformación a largo plazo: Villavicencio ya está trabajando para que en 2025 todas sus etiquetas sean biodegradables. Este proceso de transformación refleja la visión y el compromiso de liderar con el ejemplo en materia de sustentabilidad y seguir innovando para ofrecer productos que cuiden tanto a las personas como al planeta.