Miguel Ángel Reigosa, fundador del Museo del Whisky de la Ciudad de Buenos Aires, cuenta con la colección independiente más grande del mundo; y es el segundo museo de whisky más grande del planeta. "Estamos solo a 150 botellas del Museo de Whisky de Escocia, y consideramos que para fin de año lo vamos a superar", adelantó orgulloso.
Hoy tienen 3.285 botellas. Están todas cerradas, son todas de colección.
"Esto empezó a los 14 años cuando mi padre me enseñó a tomar whisky, tomando poco y bueno como me decía; y después ya a los 18 años empecé a coleccionar botellas", relató el coleccionista.
"Al tiempo compré el Viejo Café de Los Incas, que fue un lugar emblemático en la ciudad de Buenos Aires y decidí armar una barra toda de whisky. Yo tenía la posibilidad de viajar y adquirir botellas. Llegué a tener un frente de barra en ese momento de 300 marcas distintas de whisky y era muchísimo", precisó.
La colección de whisky que se exhibe cuenta con más de 3.000 botellas cerradas de todas las marcas y destilerías del mundo. En la que se destaca las botella de Royal Salute 62 años que Miguel obtuvo como invitado de honor en el cumpleaños de la reina de Inglaterra.
Museo del Whisky Argentina
Por otro lado destacó: "Continué con todo eso hasta llegar un promedio de 1.500 o 1.400 botellas y ahí fue donde le planteé a mi socio dejarle el café, que lo siga trabajando él, y cumplir con el sueño de mi vida que era abrir el Museo Nacional de Whisky en el país".
Y continuó: "Mientras estuve construyendo y pasaron los años y los premios que me iban dando, los regalos de cada viaje (tengo 30 viajes a escocia), llegué a tener lo que tengo hoy, por intercambio también y por compras que hago con grupos de coleccionistas a nivel mundial".
—¿Creés que el whisky es un momento de disfrute en la vida?
—El whisky es placer. Es como un fumador de puros que fuma por placer. El que fuma cigarrillos fuma por vicio. El que toma un whisky bueno lo toma por placer y no lo toma para agredirse, no está buscando el efecto sino el placer. Desde la Whisky Malta Argentina le vamos enseñando a la gente cómo se toma un whisky. A veces están los preconceptos de la gente que dice de qué forma, de qué manera se toma un whisky. Yo llegué hasta elaborar un agua en Venado Tuerto con un socio que se llama William Wallace y es exclusiva para whisky.
"En un asado con amigos, –prosiguió–, a mí se me da por tomar un blend con hielo, y al whisky lo podés tomar de cualquier forma, no hay una ley que diga el whisky se toma así. El dueño de la botella sos vos y vos decidís. La que te impone respeto es la botella que tenés adelante. Vos tenés un whisky de 50 años de añejamiento, costosísimo, y decis no lo voy a mezclar con una gaseosa por el respeto que te impone la botella. Pero el whisky se toma de cualquier manera.
—¿Argentina es un país con esencia “whiskera”?
—Lamentablemente no y en Argentina constantemente siguen cortando los ingresos a las importaciones. Recién hemos logrado en 1999 armar un club y comenzar a enseñar. Yo tengo la suerte de viajar dos o tres veces por año a Escocia y ahora lamentablemente no puedo ir a retirar un premio que gané el año pasado por el tema de la pandemia, voy a viajar en el mes de abril, pero Argentina consumiendo whisky no existe en el mundo.
—¿Uruguay es el mayor consumidor?
—Sí pero ahí hay un detalle. Uruguay es el mayor consumir per cápita, pero ellos consumen whiskys muy baratos, entonces se contabiliza eso. Imagínate que también otro país es India. En India el whisky sale un dólar. Toda la población toma y son 1.500, 1.900 millones de habitantes, pero en cuanto a calidad desde la Whisky Malta Argentina te puedo asegurar que es muy baja. Yo estoy importando las mejores etiquetas de Escocia, de Irlanda, de India, de Francia, de Japón. Con el trabajo que hemos hecho en 20 años somos el país que más variedad de whisky debe tener en toda Latinoamérica.
—¿Argentina tiene buena producción nacional?
—Realmente hay tres personas y una en camino que hacen las cosas bien. Está Madoc, la destilería que está en Bariloche y en El Bolsón. Después hay otra en la ciudad de Luján que se llama EyMC, que son las tres que tienen los registros correspondientes. Después, algunos argentinos traen maltas importadas de Brasil, les dan un finish en una barrica de vino y dicen que es un producto nacional, y eso no es un producto nacional. Por más que yo sea un terrible defensor de los blends, no son productos nacionales porque las marcas son escocesas, lo que hacemos es agregarle alcoholes argentinos y eso no hace que sea nacional el producto.
—¿Todo whisky es bueno?
—Sí, yo no conozco whiskys malos. Yo conozco whiskys buenos y algunos mejores. No conozco whiskys malos pero hay para todos los gustos y para todos los bolsillos. A veces me enojo en redes sociales porque hay gente que detracta a la persona que no puede adquirir un producto más caro y dice "eso es para prender fuego el asado". Y no es así. El que puede adquirir un producto de 500 pesos tiene la misma pasión quizás que el que está consumiendo una botella de 24.000. Esto tiene que ser una cofradía y apoyarnos unos a otros y darle lugar a que la gente pueda disfrutar whiskys mejores, a precios más baratos.
Respecto a la fabricación de la bebida en el país, Reigosa admitió: "Los que te mencioné tienen tres destiladores acá en Argentina. Lo más importante de todo es que necesitamos mucho aguante, un respaldo terrible y aparte esperar a que el whisky crezca y madure. Y en un país como el nuestro, donde hoy el dólar tiene un precio y dentro de tres años tiene otro están apostando, es un juego. La gente se mata trabajando, pone todos los mejores equipamientos pero ¿cuándo le va a redituar eso? Dentro de 10 años".
Y afirmó: "La ley escocesa no permite sacar un whisky menor a tres años de añejamiento. Por la ley argentina está aceptado sacar un whisky con dos años de añejamiento. Los productos que se están haciendo a nivel mundial, como hay una escasez terrible de whiskys añejos, la moda es esa y la tendencia mundial también".
Asimismo manifestó: "Tenemos un gran caudal de chicos y mujeres también que se acercan a nuestros productos, y ¿qué es lo que sucede? Los chicos quieren empezar de arriba algunos, los que pueden. El whisky es un camino de ida, no tiene retorno, pero si vos tomás un producto muy bueno jamás vas a retroceder y quizás después tu bolsillo no te permite seguir creciendo. Hay que empezar muy de abajo para llegar a ser un buen consumidor de whisky.
—¿El whisky que se está produciendo en el 2020 y en el 2021 será un whisky distinto? ¿se lo va a catalogar de una forma distinta?
—Seguramente sí, en un 90% lo sacarán a la venta rápidamente con tres cuatro años y un 10% lo utilizarán para añejarlo, pero va a haber menos cantidad. Entonces aumentan muchísimo los precios de los whiskys de 18 años para arriba. Son productos prácticamente inalcanzables para el bolsillo argentino.
—¿Hay faltantes de barricas?
—Sí muchísimo. Los americanos utilizaban la barrica solo una vez, ahora debido a la demanda que tienen en Escocia, decidieron darle hasta dos usos porque se están quedando sin. Pero la mejor calidad de las barricas son de España, al noroeste en Galicia, y ya están en contra de derribar árboles añejos de 100 años.
—¿El whisky escocés es el mejor del mundo o hay otros whiskys que para vos y para tu paladar podemos referir como buenos y quizás mejores?
—Es es el mejor del mundo el whisky escocés.
—No puedo dejar de preguntarte ahora por el Museo. ¿Cuál es el whisky más raro que tenés? ¿Cuál es el más caro?
—Hay una botella cerrada en en el museo, un producto que eran 21 botellas a 300.000 dólares en el año 2012.
—La última pregunta tiene que ver con romper o no el mito de que hay destilerías artesanales e industriales.
—Cuando entrás a algunas de las multinacionales estrellas, lo único que ves son computadoras y un solo operario haciendo las mezclas. Cuando es una destilería artesanal, te quedás con la boca abierta por la cantidad de gente que está trabajando y las computadoras no existen. Eso es lo que lo que te hace valer el producto hecho con mucho más amor con mucho más cuidado y logran mejor calidad.
La dirección del mayor Museo del Whisky es Av. Monroe 3982, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el barrio de Villa Urquiza. El club está constituido por 4.212 socios.
CREDITOS: Nota realizada por el Diario UNO de Santa Fe.