Por David Cattaneo

Pareciera que cada vez que uno llega a Mendoza, la ciudad está mejor. Por supuesto, quienes residen allí aseguran que hay algunos casos de inseguridad más resonantes que en años anteriores, pero esto seguramente va de la mano con el momento del país. Para quienes visitamos la ciudad cada tanto, la sensación es otra: la limpieza es ejemplar, la tranquilidad de pueblo durante los fines de semana es impagable, la movilidad está a la altura de las grandes ciudades argentinas y, obviamente, todas las incomparables opciones mendocinas se mantienen allí, cada vez más atractivas.

Tanto para visitar y conocer como para comer y beber, estas son algunas alternativas que podés disfrutar -- con tiempo de sobra -- en un fin de semana largo:

Gastronomía

Las opciones para salir a cenar en Mendoza crecieron muchísimo. La gastronomía en la famosa calle Arístides Villanueva (un trayecto de 6 o 7 cuadras de bares y restaurantes, estilo Pichincha) mejoró mucho y hay opciones para todos los gustos: parrilla, hamburguesas, pizzas, comida siria, tapeo y más.

Un recomendado: Josefina Restó (Av. Arístides Villanueva 165), un sitio con excelente presentación, platos abundantes y sabrosos y precios super razonables. ¡Reservá antes de ir!

Algunas bodegas para visitar

Alta Vista (Alzaga 3972, Chacras de Coria, Luján de Cuyo)

Más allá de la degustación de sus impecables vinos (su nuevo rosé es exquisito) y la posibilidad de pasear entre los viñedos, recomendamos almorzar allí: la bodega ofrece una opción de “picnic” al aire libre en un parque muy bien presentado que tiene grandes árboles en el medio. Debajo de ellos se arman mesas con mobiliario de jardín para que los visitantes se sienten a comer bajo el sol en un lugar hermoso con una gran vista a la montaña.

El menú incluye:

Entrada (empanada Caprese)

Principal (brioche de salmón ahumado, sándwich de focaccia de jamón crudo, queso ahumado y rúcula, sándwich de focaccia de lomo de cerdo ahumado, tabulé y un pincho de frutas y queso)

Postre (macaron, chocolates y domos de mousse de maracuyá y frutos rojos)

Pero si vas un sábado o domingo, el menú cambia:

Entrada (tapas de chorizo puro de cerdo, morcilla y escabeches)

Principal (corte de vacío a la llama con reducción de verduras al disco salteadas               )

Postre ( durazno al natural con dulce de leche y crema)

En ambos casos, ofrecen tres copas de vino, una con cada paso (líneas Estate Premium y Vive Rosé). La atención es absolutamente personalizada y amena.

López (Ozamis 375, Gutiérrez, Mendoza)

El primer punto a favor es la facilidad para llegar: si no tenés auto, el tranvía te acerca a 300 metros de la bodega. Como se dijo, cuesta $18 el boleto.

López es una de las bodegas más históricas de Mendoza y cuenta con muchos sectores que son estilo museo: reliquias, fotos y maquinaria antigua de la empresa que desde 1898 administra la misma familia.

Otro punto a destacar son sus visitas por toda la planta que produce 15.000.000 de litros de vino al año, con la cual se atraviesan los toneles gigantes que añejan algunos de los mejores vinos del país desde hace décadas.

Las visitas y degustaciones son gratuitas, pero tenés que reservar con tiempo porque los fines de semana hay un mar de gente. Por supuesto, podés quedarte a almorzar en su restaurante.

Casarena (Brandsen 505, Luján de Cuyo)

Emplazada en una zona de varias bodegas separadas por cuadras unas de otras, la visita a Casarena es un gran viaje en el tiempo, ya que buena parte de sus instalaciones son originales de comienzos del siglo pasado, cuando se instaló.

En el subsuelo cuentan con antiguos piletones hechos museo, con obras en las paredes. En esa zona también tienen vinos de muchos años en guarda.

Como es sabido, el restaurante que tenía Casarena se destruyó en el incendio que sufrieron en diciembre, con lo cual actualmente no hay oferta gastronómica. Pero desde marzo se va a poder disfrutar de menús de pasos al aire libre en un espacio gastronómico que se ubicará en los jardines de la bodega. Durante el año empieza la reconstrucción del restaurante.

Los Toneles (Av. de Acceso Este 1360, Mendoza)

Otra de las históricas de la zona, con una interrupción en la década del ’70 y un renacimiento en este siglo.

Sus vinos, de más está decirlo, son exquisitos: Mosquita Muerta, Perro Callejero y los distintos Abrasado son algunos de los que vas a probar. Se brinda la experiencia de servirte una copa directamente desde la canilla de un tonel.

En medio de la visita/degustación, se atraviesa un mini museo de arte con obras de artistas mendocinos.

Los Toneles es una de las pocas bodegas de Mendoza que ofrecen visitas durante casi todo el día, con lo cual podés combinar el recorrido con una cena en el restaurante Abrasado.

Clos de Chacras (Monte Líbano 1025, Chacras de Coria, Luján de Cuyo)

Es una de las tantas bodegas boutique de la provincia, en este caso emplazada en el medio de la zona urbana, una especia de oasis citadino imperdible.

Brindan una excelente degustación maridada con detalladas explicaciones de todo lo que te llevás a la boca y por qué. Si te quedás a comer, vas a disfrutar de una excelente comida de 4 o 6 pasos contra un lago artificial.

Llegar hasta allí también puede resultar baratísimo: la línea especial 740 (una especia de van que tiene el mismo costo que los colectivos urbanos) te lleva y te trae desde y hasta el centro mendocino.

Transporte

Actualmente, las aerolíneas low-cost nos permiten hacer viajes “gasoleros”. Jet Smart es una de las que llega a Mendoza y sus costos son ínfimos respecto a otras líneas aéreas.

Para moverse por Mendoza y alrededores, si estás en plan ahorro, no es necesario alquilar auto: Uber es legal allí y, por ejemplo, un viaje desde el centro de Mendoza hasta Luján de Cuyo, cuesta alrededor de $350. Además, a casi todos los atractivos no céntricos podés llegar en transporte público: la tarifa del colectivo y el tranvía es $18, irrisoria en comparación con el resto del país.

Mendoza es desde siempre un destino que ni siquiera hace falta recomendar: todo lo que tiene para ver y conocer es un llamador en sí mismo. Pero quizás, con esta info, te facilitemos la decisión para tu próxima visita.