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Por Fabián Couto.
On the Rocks es el título de la recientemente estrenada película de la avezada directora de cine Sofía Coppola. Hija del gran Francis Ford, Sofía ya cuenta con más de 6 películas en su haber, pero esta tiene dos particularidades: es su primera película filmada totalmente en New York y además hay una marcada tendencia a mostrar sus lugares favoritos referentes a la gastronomía y la coctelería de Manhattan.
On the Rocks es una deliciosa comedia donde se muestra la profunda y a la vez divertida relación entre un padre y su hija. Sublime actuación aquí de ese gran actor que es Bill Murray y encantador personaje el de la hija, Rashida Jones, íntima amiga de Sofía, quien pareciera interpretar un alter ego de la directora.
En la película, la directora centra parte de las actuaciones en esos lugares a los que iba con su padre, que gusta de frecuentar y que forman parte de su propio barrio.
Entre Soho, West Village y Upper East Side, Sofía Coppola filma su película y retrata su mundo, el ambiente donde creció y rinde tributo a los restaurantes de sobremesas bien rociadas entre amigos, clubes de jazz, la buena coctelería y cafés y bares de lujosos hoteles donde la reina indiscutida pareciera ser la copa de Martini.
La película resulta deliciosa, Bill Murray no hace más que reafirmar lo gran actor que es y la ciudad de New York, valga la redundancia, “de película”, se muestra a través de lugares tradicionales del buen comer y del buen beber.
Los protagonistas cenan en RAOUL´S, ese delicioso Bistró Francés en el #180 de Prince Street que desde los años 70´s se encuentra abierto en el Soho. Beben cocktails en el lugar de reunión favorito de una elite de New York, para comer ostras y beber los mejores tragos, el célebre Bar & Lounge “BAR 21”. Los protagonistas beben allí, sentados a la misma mesa donde una vez Humphrey Bogart le propusiera matrimonio a Lauren Bacall.
Por último, me resultó sublime la escena en la que los protagonistas, padre e hija, terminan la noche ahogando sus penas en sendas copas de Martini en el famosísimo Bar del histórico The Carlyle Hotel con su estilo Art Decó y esos magníficos murales del ilustrador francés de los años 50, Marcel Vertés
Es ahí mismo donde hace añares Woddy Allen toca jazz con su banda, Jack Nicholson y Angelica Huston solían emborracharse y el “duque blanco” solía frecuentar las suites del Carlyle, en noches de juerga junto a sus compinches John Lennon y Elton John.
¿Te vinieron ganas de tomar Martini?
Cuando terminé de ver la película, me vinieron unas ganas enormes de tomar un buen Martini, así que desempolvé la coctelera y decidí ejercitar mi “muñeca” para la coctelería. Al rato y con mi copa de Martini en mano, comprobé que aún sigo siendo el avezado bartender que me jactaba de ser en los años 90´s.
En pocas palabras, si te vas a preparar un Martini, tres buenos Gin.
BEEFEATER: El auténtico London Dry Gin, mi favorito.
Es poseedor de una armonía y un sabor únicos, fruto de los 8 Botánicos esenciales con los que está elaborado, con una receta secreta tan bien resguardada como la Torre de Londres y que tan solo 5 personas conocen a la perfección y preferirían morir antes de confesarla.
Dos buenos y nacionales
HERÁCLITO LONDON DRY GIN
Sujeto en su elaboración a normas específicas para ser considerado un buen “London Dry”, está compuesto por 13 Botánicos. Cuenta con un buen volumen en boca, resulta aterciopelado y en nariz derrocha aroma fragante a enebro y coriandro.
Lo pueden probar en ese magnífico Bar y uno de mis favoritos, VICO.
HILBING GIN MALBEC
Fruto de una empresa familiar dedicada a la elaboración de bebidas espirituosas de la más alta calidad. Honran a su tierra Luján de Cuyo, zona de privilegio de nuestros Malbec, elaborando un destilado a partir del que es nuestro cepaje insignia, afamado en todo el mundo.
Enebro, cítricos, un touch de tilo y uvas Malbec en su maceración hacen de esta una ginebra cautivante y diferente.
La yapa para los que gustan del Gin Tonic.
Parece mentira, pero en momentos como este, acaba de llegar de Italia a la Argentina un agua tónica excepcional y de gran elegancia: SAN PELLEGRINO ACQUA TÓNICA, que resulta ideal para el coctail.
Su sabor fresco, bien seco y amargo cuenta con el agregado de un touch de extracto de madera de roble, logrando un sabor deliciosamente complejo junto al aportado por la quinina.
Bien fría, con ralladura de cítrico y un buen Gin, resulta espectacular.
¡Salud! Para todos, hoy más que nunca.