El café geisha es una variedad que se cultiva sobre todo en Panamá. En una finca llamada Elida Estate de la localidad de Boquete (a 320 kilómetros de Ciudad de Panamá) produjeron uno que el año pasado fue catalogado como el mejor del mundo, con una calificación de 98 puntos por la publicación especializada Coffee Review.

Dicho esto, parece lógico que comprar granos de ese café sea caro. ¿Pero tanto como para pagar más de U$S 2.000 el kilo?

Un lote de la parcela propiedad de Wilford Lamastus y su familia fue vendido en 2019 por U$S 1.029 la libra (454 gramos) durante la subasta virtual que cada año realizan productores de países cafeteros.

Los granos de este geisha se cultivan en zonas montañosas a 1.800 metros de altitud. Así se obtiene una variedad sumamente exótica que pasa a ser un artículo de lujo, sobre toda por la poca cantidad que se vende y su exclusividad. De hecho, en los últimos años la exportación de café panameño representó el 0,4% del Producto Interno Bruto del país, lo cual está lejísimos de los 40 millones de sacos que exporta Brasil o los 14,8 millones de Colombia. Aún así, el café panameño ya se encuentra en mercados asiáticos como Japón, China, Taiwán y Corea del Sur y también en Estados Unidos.

Algunas características que lo hacen tan exclusivo:

-Sus granos, oriundos de Etiopía, maduran más lento y tienen más dulzura. Esto se debe a que entre diciembre y abril, época de cosecha, llueve mucho y hay neblina.

-Su sabor fuerte es lo que más les gusta a los extranjeros que lo consumen.

-En su sabor encontramos aromas florales de cítricos, jazmín y orquídea y sabores frutales de melocotón, pera, durazno, naranja y chocolate.

-Las condiciones y climas tan especiales que atraviesa la vida de los granos se deben en gran parte a estar cerca de los océanos Pacífico y Atlántico.

Con información de Ámbito Financiero